Hace unos meses se libraba en twitter casi una batalla campal entre varios chefs acerca del gazpacho y sus ingredientes. Que si con pepino o que si no. Que si la receta original. Que si las miles de versiones actuales con frutas y demás menesteres no son gazpacho. No calculo cuántos bits de información se libraron en esto, o la cantidad de ceros y unos que se intercambiaron a través de la red. Pero la cosa estuvo intensa 🙂

Se produjo alrededor del asunto todo un debate online que duró varios días, con sus consabidas posturas y reflexiones disímiles sobre el tema. ¿Marketing? ¿Publicidad? ¿Habrá consumido la gente también más gazpacho en esos días de verano? ¿Sirvió para algo? No tengo las respuestas a tantas preguntas, pero lo cierto es que a más de uno habrán puesto a reflexionar. Yo incluida.
Quedaba en aquellos días por mi frutero un nectarín que me estaba mirando con cara de «si no me comes, me voy a echar a perder». Tenía además unos tomates buenos, pimiento verde, en fin…que me vino la inspiración gazpachera como también me vino a la mente el siguiente statement de Theodore Zeldin de su brillante libro An Intimate History of Humanity «…Every time a recipe is not strictly followed, every time a risk is taken with changed ingredients or proportions, the resulting food is a creative work, good or bad, into which humans have put a little of themselves. The invention of a new dish is an act of freedom, small but no insignificant.»
Así las cosas me llené de valor dejando a un lado la intensidad de Twitter y decidí incorporar un ingrediente más a una receta base cuyo origen además es hasta polémico. Cuando todos pensaban que los primeros gazpachos con tomates se hicieron en España, pues llega la crack de Ana Vega y nos ilumina haciéndonos saber que ya en México habían versiones de sopas frías de jitomates cuyos ingredientes se reconoce perfectamente en el gazpacho, y que en su día dejó por escrito Dominga de Guzmán en el siglo XVIII. Toma ya! (Te recomiendo mucho leer la historia completa en este artículo)
En cocina, todo puede ser (o parecer) tan complejo o tan simple como queramos. Al final todo se reduce al hecho de que lo que se coma esté bueno y que los comensales queden contentos. Y con ese gazpacho tuneado mis comensales han dejado el Plato Limpio 🙂

Ingredientes:
(para 4 personas)
- 8 tomates pera
- 1/2 pepino
- un trocito de pimiento verde
- 1/4 de cebolla
- 1 nectarín o melocotón bien maduro
- chorrito de vinagre
- chorrito de aceite
- Sal al gusto
Preparación:
- Lavar bien la verdura.
- Pelar el pepino, quitarle las semillas y trocear.
- Cortar los tomates en cuatro o seis trozos.
- Añadir todos los ingredientes a una licuadora y licúa muy bien.
- Corrige sal si es necesario
- Lleva al refrigerador por todas las horas que puedas. La clave de los gazpachos es tomarlos bien fríos.
- Sirve bonito y pon un hilo de aceite de oliva por encima.
Tips:
- Puedes cortar pimiento, tomates y cebolla, y hasta la fruta en pequeñito para usarlo a la hora de servir, poniendo encima de cada plato un poquito.
- También puedes añadir crutones de pan.
El ingrediente estrella:
El tomate: De mis preferidos para todo en la cocina. Qué sería de un sofrito sin el tomate. Inolvidables los chilaquiles con salsa verde de México (salsa preparada con tomatillo verde). Insuperables los tomates valencianos cuya textura y sabor son excepcionales. Los tomates y sus variedades y la cantidad de preparaciones para las que se prestan hacen muchas veces la diferencia en una receta. Y para más inri son sabrosos y saludables. Un must en cualquier cocina que se precie.