Hay sopas y luego están las sopas «levanta muertos». De esas que te las tomas y te vuelve el alma al cuerpo. Todos nos hemos tomado alguna cuando estamos resfriados, y son tan buenas que aún pasados los síntomas más importantes igual se nos siguen antojando.

No se muy bien de dónde habrá salido lo de «levanta muertos», pero tengo patentes muchísimos recuerdos de mi niñez en Cuba de cuando uno se enfermaba y tus padres o tus abuelos te decían: «yo te voy a hacer una sopa levanta muertos».
Una de las principales ventajas de vivir en Miami es que se encuentran todos los antojos latinos habidos y por haber. El otro día explorando un supermercado (propiedad de cubanos), descubro que tienen entre los productos congelados una bolsa que trae prácticamente todas las viandas que un sopón «levanta muertos» necesita: plátanos verdes, yuca, malanga, zanahorias y maíz.
Por supuesto que me lo llevé porque aunque no había ningún comensal enfermo me dio un antojo del carajo ver aquel paquete y pensar de paso en lo fácil que iba a ser prepararla.
Hay que decir que de este tipo de sopones no hay solo una variante, sobre esto no hay nada escrito en piedra, así que dependiendo de los ingredientes que tengas a mano lo mismo le agregas un tipo de proteína como otra, o unas verduras u otras. Esa es la gracia. Como imprescindibles yo pondría el ajo, la cebolla y el jengibre, dadas sus propiedades conocidas que ayudan a combatir los resfriados. Las viandas por supuesto, mientras más variedad, más nutritiva la sopa, y más sabrosa.
Te dejo esta receta entonces y aunque no tengas ese paquete de congelados, o estés en cama con un resfriado, igualmente la puedes probar.
Ingredientes:
(para 6 personas)
- 1 o 2 plátanos verdes (dependiendo del tamaño)
- 1 0 2 yucas (dependiendo del tamaño)
- 2 zanahorias no muy grandes
- 2 mazorcas de maíz
- 2 0 3 malangas
- un trocito de jengibre
- 1/2 cebolla
- 1 o 2 dientes de ajo
- 1 pechuga de pollo con hueso, o unos cuartos o muslos de pollo, o una carcasa de pollo si no tienes nada más a mano ese día
- 1 ramita de tomillo
- 1 aguacate
- 1 limón
- sal al gusto
Preparación:
- Pela y lava todas las viandas y córtalas en trozos más o menos parecidos
- En una cacerola grande (o en olla de presión u olla rápida eléctrica), agrega las viandas, el pollo, el diente de ajo (pelado), la cebolla, el jengibre, la ramita de tomillo y el pollo. Añade suficiente agua y pon a hervir. Los tiempos dependen del tipo de olla en que lo estés haciendo. Si lo haces en una olla normal puedes tenerlo durante media hora a fuego no muy fuerte. Si lo haces en olla rápida, con 15 minutos tendrás bastante. Corrige sal.
- Una vez listo saca la pechuga de pollo y desmenúzala. Reserva.
- Pela y corta el aguacate en trozos.
- Sirve la sopa bien caliente, añade por encima de cada plato un poco del pollo y de aguacate. Ponle un chorrito de limón y un punto de sal gruesa por encima y a disfrutar.
Tip:
- Le puedes poner también calabaza
- Lo del aguacate por encima es invento mío, porque me gusta la mezcla del frío del aguacate y su textura cremosa, con el caldo caliente y la verdura. Pero si no tienes aguacate o no te gusta, puedes prescindir de él 😉
Curiosidades:
- Con prácticamente los mismos ingredientes hacíamos en Cuba en los 80 lo que los cubanos conocemos como caldosa. Aunque el plato tenía ya fama de antes en celebraciones familiares o colectivas de las barriadas, se hizo muy popular por un tema que se llamaba «La caldosa de Kike y Marina», que entre sus versos rezaba: ‘…Fíjese Don Kike, fíjese Marina, con esta caldosa que bien se camina…». (Ya se, todos los que son cubanos ahora mismo en vez de leer han cantado ese estribillo ;-))
Más tarde apareció como el plato que se degustaba en las fiestas de los aniversarios de los CDR (no comments). La de Kike y Marina llevaba gallina, la de los CDR, cerdo (ingrediente más barato y fácil de conseguir). Todo esto se hacía en el medio de la calle, en una marmita gigante en plan «olla común», y se le ponía una cabeza entera de cerdo, con muchísima verdura y se cocinaba por muchas horas. Como consecuencia quedaba la verdura prácticamente desecha y el caldo muy espeso así que no se necesitaba ni cuchara para degustarlo.
Ver cocinar la caldosa era todo un show, y comerla, otro, pues se servía de manera informal en vasos, en cuencos o en lo que se tuviera a mano. Por supuesto aquello estaba hirviendo que pelaba, y se tardaba mucho en tomarla por más rica que estuviera, y para rematar, terminabas empapado en sudor. Muy cubano y muy caribeño todo ya lo se. Pero aquello levantaba un muerto y era además toda una delicia. ¡Hasta antojo me ha dado de preparar una! Si quieres conocer más sobre la caldosa cubana, entonces no dejes de leer este artículo.
El ingrediente estrella:
El jengibre: En Colombia, cuando estábamos resfriados o con catarro, nos sugerían hacer un caldo o sopa y ponerle un trozo de jengibre. Lo cierto es que nos tomábamos la sopa y nos sentaba muy bien. Además, aporta un sabor ligeramente picante que da un toque especial a lo que lo añadas.
Me encanta!!! Ésta me la guardo en las “inmediatas” para un sábado lluvioso, que por España estamos ya casi cambiando de estación…
Me gustaMe gusta
Qué bien! Ya me contarás 😉
Me gustaMe gusta