Hace un par de meses tuve la posibilidad de visitar Little Spain, estando recién abierto, y como aquel que dice, para estrenar. El mismo día que lo visité escribí los textos que verán a continuación. Se los comparto entonces antes de que se vuelvan obsoletos, e igual aviso de antemano que hay algunas cosas que aquí comento que seguramente habrán cambiado ya 😉

Hace solo un par de semanas ha abierto el Mercado Little Spain liderado por los hermanos cocineros Adrià y el chef José Andrés, embajador por excelencia de la cocina española en el mercado americano.
Little Spain es un proyecto ambicioso que intenta traer al otro lado del mundo, y a una ciudad como New York, una probadita de España, sus sabores, cultura y tradición. Se encuentra situado en lo que se conoce como Hudson Yard, que es un proyecto que incluye el mall donde se encuentra Little Spain, así como varios edificios de vivienda y otras estructuras alrededor donde destaca The Vessel, una estructura en espiral con escaleras en varios niveles que sirven de mirador teniendo diferentes perspectivas tanto de la ciudad como del Hudson River. Toda la zona se encuentra aún en construcción por lo que aún no se puede apreciar la versión final del proyecto en su totalidad.
Little Spain es un espacio donde los tres reconocidos chefs han querido recrear los mercados de comida que típicamente te encuentras en prácticamente todas las ciudades más importantes de España. Incluye tres restaurantes, 15 puestos de comida y alguna tienda. La oferta va desde bocatas, jamón serrano al corte, diferentes tipos de embutidos, una amplia variedad de quesos españoles, cocas, tortilla de patatas o paella y pescados y mariscos, tampoco faltan los helados y postres así como el clásico chocolate con churros. Además está la opción del bar La Barra que intenta emular a los bares de España donde lo mismo te pides una ensaladilla rusa que unas croquetas que una caña o una copa de vino, que dicho sea de paso la variedad de vinos españoles es por supuesto notable.
Lo bueno en Little Spain: la calidad de la comida. Lo cual es de destacar ya que estando fuera de España cuesta mucho encontrar esos sabores auténticos que de momento puedes hallar en este lugar. Los ingredientes, las preparaciones, y los sabores de Little Spain son en realidad auténticos.
Lo que hay que pulir: el servicio se hace lento en algunos puestos y se nota que aún falta un poco de práctica y entrenamiento en algunas personas y por otro lado la manera en que está organizado el tema de las bebidas no es ni de lejos la más eficiente ya que solo se pueden pedir bebidas en el bar. El resto de los puestos no ofrecen bebidas salvo algunas excepciones donde se puede conseguir un agua o alguna bebida sin alcohol. Igualmente hay otros productos que solo se pueden consumir si se está sentado en el bar: las croquetas y la ensaladilla son un ejemplo.
Los precios: elevados. Pero estamos en Manhattan, New York donde absolutamente todo es bastante más costoso que muchas de las otras ciudades de Estados Unidos, y la comida no es una excepción.
Hay otras cosas de agradecer: en el puesto de las paellas hay varios valencianos, incluido el chef Rafael Vidal del conocido restaurante Levante de Benissanó en Valencia quien se ha encargado de la formación del personal y supervisa todo el trabajo en primera persona, lo cual se nota en la calidad de los arroces. En el de cocas otra persona también española entrega todos los pedidos a la vez que supervisa que todo salga bien. La máquina de churros es traída de España y la calidad de los mismos así como del chocolate recuerda hasta a los churros de San Ginés. El jamón y los embutidos muy bien cortados. La mano española está también detrás de la pastelería y del bar, y toda la comida es preparada al momento.
El mercado abre por lo pronto solo a partir de las 5 de la tarde pero se espera que cuando esté en pleno funcionamiento lo haga durante todo el día. El ambiente se va poniendo cada vez mejor a medida que avanza la tarde noche. En Estados Unidos los horarios son muy diferentes a los de España con lo cual a las 5pm pueden haber muchos newyorkinos dispuestos a degustar estas delicatessen de la madre patria, a los que se suman tantísimos turistas que visitan el lugar.
En definitiva Little Spain es un sitio que aún está en marcha blanca y en el que se deben afinar algunos detalles pero que merece mucho la pena visitar si estás por Manhattan y quieres probar comida española auténtica.