Cascos de toronja de mi mamá

2 comentarios en “Cascos de toronja de mi mamá”

  1. Cuando llegaba ese Domingo todo el mundo estaba atento a la llegada el cartero. Y que cantidad de postales de flores, tal parecía que tenias un jardín.
    Y en el aspecto culinario, durante el periodo especial no había casi que comer. Nunca me gustaron los dulces en almíbar, pero cuando llegaba de la universidad venia con un hambre de tres pares (quiere decir mucha hambre). Mi papa hacia unos cascos de toronja con azúcar prieta, y yo guardaba el veinti-unico pan que nos daban al día (uno al día) para poder bajar los cascos de toronja. Y eso que mi papa los hervía como tres veces.
    Lo sigo diciendo, evocas recuerdos. Gracias.

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    1. Ay Yu, es que los cubanos tenemos repertorio para muchos escritos, jiji, sobre todo los que vivimos aquellos años 90. Lo del pan es cierto, en el libro, en la parte que hablo de los desayunos, menciono eso mismo que dices, que había que decidir cuál era el mejor momento del día para comerse el único pan. En fin, muchas historias para el recuerdo, unas mejores que otras. Y los cascos de toronja, por la sencillez de sus ingredientes, eran de las pocas recetas que sobrevivieron a esa etapa. Y nosotros con ellos! 🙂

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