
Entramos en clase, primer día en Le Cordon Bleu, una mezcla de yuyu y emoción. Primer encuentro con todos, estudiantes como yo y profesores de gorro alto que imponían más que el cará! Momento incómodo en que hacen que cada uno se levante y se presente a sí mismo. A ver por qué nos hacen pasar por esto -pensaba yo. Un grupo para enmarcar, abanico de edades, varias nacionalidades, miles de profesiones y ocupaciones distintas, muchas de ellas nada que ver con cocina. Estos son igual de frikis a la cocina que yo, me decía mi voz interna.
Y así conocí a mi amigo Benno. Ingeniero de profesión y apasionado de la cocina como el que más. Se presenta y dice que quiere estudiar cocina para dedicarse a lo que verdaderamente es su sueño y le gusta hacer. Moló, dirian los españoles. Sirvió, dirían los cubanos.
Pasan los días y el ritmo super agitado de la escuela no nos permite interactuar muchísimo más. Por demás no era un tipo que a mi me pareciera lo más entretenido del mundo. Todo lo contrario, más soso que una sopa baja en sal 🙂
Pero basta que uno se haga una idea preconcebida de una persona sin conocerla para que de la nada te sorprenda con todo lo contrario. Tocaba clase de «Habilidades y Competencias», en pocas palabras: un tostón al que había que enfrentarse nada más y nada menos que al final de la tarde después de habernos echado clases teóricas y horas de pie en cocinas en clase práctica. Cómo sobreviviríamos a eso?
Y de repente dicen los instructores que había que formar equipos. Ya eso pintaba mejor pues al menos nos despertaríamos los unos a los otros. Así que nos juntamos como pudimos los que más cerca estábamos y allí figurábamos entonces tres personas más y yo, Benno incluido. Y se hizo la magia! Así como cuando en una cazuela echas los ingredientes correctos, ni uno más ni uno menos, y sale un plato de diez. Pues lo mismo. Hemos hecho click los cuatro y lo que en principio parecía ser una sesión de bostezos terminó siendo una de las tardes en que más me habré reido en mi vida. Y así fue como, en petit comité, conocimos verdaderamente al personaje que era Benno.

Para qué decir que después de aquella tarde llorando de risa ante el asombro de los profesores que por supuesto no daban crédito, no nos separamos más. La escuela que ya era molona, pues se hizo mucho más llevadera en medio del cansancio y al día de hoy, más de un año después, nos seguimos auto definiendo como X-Millenials y seguimos en contacto compartiendo las cosas importantes que pasan en nuestras vidas.
Hay que decir que actualmente Benno ya es Chef y ya ha hecho su sueño realidad y se encuentra ejerciendo su nueva profesión junto a cocineros de mucho prestigio y en lugares de mucho renombre. Lo que se dice un crack en toda regla.
Un día se aparecen mis padres no con uno sino con dos pavos. Se acercaba la festividad de Acción de Gracias y yo que en mi vida había cocinado un pavo. Le comento a mis X-Millenials y me saca Benno del apuro contándome cómo hacía su mamá un pavo maravilloso cada Navidad en su casa. De modo que este post también va por ella, que aunque no le conocí y ya no está entre nosotros, ha llegado hasta mí a través de este compañero de cocinas. Esa es la magia de la cocina y los cocineros.
Así que aprovechando que se acerca Thanksgiving aquí les comparto el pavo que aquel día mi amigo Benno me enseñó a preparar, con algún que otro aporte que muy respetuosamente he hecho yo.
Benno, amigo, este post va por tu mami y por tí. Oído?
Ingredientes:
- 1 pavo
- Brandy ( del mejor que encuentres)
- Manteca de cerdo
- Uvas moradas
- Sal y pimienta a gusto
Preparación:
Primero que todo hay que decir que hay pavos de varios pesos y tamaños y ese dato en particular es súper relevante a la hora de descongelarlo y de cocinarlo. Por lo tanto asegúrate de ver cuanto pesa tu pavo. La manera correcta de descongelarlo es lentamente en el refrigerador, así que una vez sepas el peso, permite 1 dia de descongelación por cada 5 libras.
Dicho lo anterior, y una vez tengas tu pavo descongelado correctamente, y un día antes de cuando lo quieras comer, deberás proceder a inyectarle el brandy. Sin miedo le vas inyectando por todos los lados. Salpimentas y lo dejas con papel film bien envuelto hasta el día siguiente (por supuesto dentro del refrigerador). Llegado el día del cocinado pues viene de nuevo el dato del peso, depende de cuanto pese así será el tiempo que lo debes tener en el horno. Como referencia debes saber que se debe cocinar a 325 grados F y por el tiempo que esté en correspondencia con lo que pese. En esta página puedes consultar los tiempos según el peso del pavo. Si quieres comprobar que esté cocido puedes usar un termómetro de alimentos, la temperatura interna del pavo debe ser 165 grados F (73,9 grados C)

Una vez tienes todo lo anterior claro pones tu pavo a cocinar por el tiempo y la temperatura correspondientes asegurándote de haberle untado manteca de cerdo en todo el exterior. Pones papel de aluminio tanto en pechuga como en patas. Lo metes al horno, y cada 40 minutos le sacas para bañarle con sus propios jugos.

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Unos 15 minutos antes de que esté, le añades las uvas.

Una vez listo le sacas del horno y le dejas reposar por 15 minutos antes de servir.
Y a disfrutar! Verás lo jugoso y rico que queda y seguro te vas a acordar de mí, de Benno y cómo no, de su mamá.

¡Qué grande Sandra, Benno y por supuesto la receta de su madre! Y una preguntica: con qué acompañas el pavo, con las uvas y qué más?
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Hola Arantxa! Muchas gracias! Pues fíjate que lo de las uvas fue un aporte mío, jeje, Aquí en USA se suele comer con salsa de arándanos y el gravy, una salsa elaborada con los jugos del mismo pavo. Yo ese día me hice un jugo de pollo para aportar más sabor aún. En cuanto a los acompañamientos pues la verdad es que esta fecha es muy importante aquí para la gente, así que las familias y amigos aprovechan de juntarse y se come, y mucho! El relleno del pavo puede ir dentro o se puede servir como acompañante. También acompañan todo con vegetales, las judías verdes, la calabaza, los boniatos siempre aparecen en la mesa. Y yo aquí en Miami he visto hasta recetas buenísimas con maíz. Y por supuesto si se trata de una familia cubana no podrá faltar el arroz congrí (arroz con frijol negro) 😉 De postre se suelen comer los pies de manzana, de calabaza, de nuez…En fin un festival de comida como ves, que cada uno acomoda según sus gustos 😉 Allá en España me haría unas patatas panaderas o unas patatas torneadas para acompañar jejeje
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