A veces pienso que hablo demasiado de Cuba en mis artículos. Pero hay un par de cosas ciertas: es mi país y es donde más tiempo he vivido, donde crecí y donde me formé. Y por si eso fuera poco, la realidad cubana, que no acompañaba siempre, hizo de aquellos años en el terruño unos años muy felices pero también muy intensos. La consecuencia? que cualquier cubano de mi generación tiene historias no solo para escribir en un blog sino para escribir un libro!
Aclarado lo anterior, pues me «auto» autorizo para seguir hablando de mi Cuba bella. Aquella isla donde en un tiempo no sabíamos lo que era ver la televisión en colores. Si, si, como lo oyen. No es que yo esté tannnnn vieja (aunque a decir verdad me siento un poco mayor al hablar de estas cosas), pero es que es la pura verdad. Cuando yo era niña en mi casa la TV era en blanco y negro, incluso, hubo una etapa donde no teníamos Tele. Ahora los niños (y los no tan niños) nos volvemos locos cuando no hay conexión a internet, pues bueno, imagínense sin TV. Pero saben qué? éramos más felices que el cará, y lo de no tener tele me «obligaba» por ejemplo a socializar más o a ir a casa de algún vecinito suertudo que ya tuviera aquel artefacto y que amablemente me recibía en el sofá de su casa para ver algún programa infantil. En fin que aunque era tele en blanco y negro y con solo dos canales lo pasábamos de lujo.
Programas infantiles pues los justos, muchos muñequitos (dibujos animados) rusos y algún que otro programa infantil «made in Cuba«, más el hit del momento que eran las aventuras que ponían a las 7:30pm. Eso era tremendo! tener la tele rota o que se fuera la luz a la hora de las aventuras era causa de stress y trauma importante para mí (y para cualquier niño) en aquel entonces. Las aventuras de las 7:30 eran como una final del Barsa y Madrid actual. Sin exagerar ehh. Imposible perdérselas! Y es que era el único momento en el día en que uno veía en aquella pantalla algo que realmente nos tenía enganchados a todos. Eso, y las novelas que ponían más tarde para los adultos. Period.
Luego vino la época de los televisores en colores. Como es lógico fueron apareciendo de a poco con lo cual no todos tuvimos tele en colores del tirón. Recuerdo un amigo que su familia no tenía TV en colores pero ellos se las agenciaron para darle un poco de policromismo a su pantalla. Pusieron unas tiras de una especie de pegatina (de diferentes tonos y colores) transparente en la pantalla, así como haciendo rayas. Con lo cual al locutor de las noticias le podías ver la cabeza roja, el cuello verde y el torso amarillo, y así sucesivamente (lo dejo a vuestra imaginación). Eso sí, no me pregunten de dónde salió ese invento porque ni idea, pero lo que si puedo garantizar es que yo lo vi, y en más de una casa! Ahora seguro me entienden aquello que siempre repito y repito de que a creatividad a los cubanos no hay quien nos gane. A que no?!
Ya con una tele en colores de las de verdad era otra historia claro. Imagínense poder ver la novela o las aventuras del Zorro en colores (total que la capa del Zorro era negra igual), pero bueno, al menos podías ver los ojos verdes del actor de turno. Recuerdo perfecto cuando llegó la primera televisión a color a mi casa. Era una tele chiquitica, creo que en la actualidad no clasificaría ni para una cocina. Por supuesto con su tubo de pantalla. Y una pantallita pequeña pero que era EN COLORES. Ya con eso uno le sumaba a lo que veía un par de pulgadas, sobre todo de felicidad. De mando a distancia o o controles remotos olvídalo ehhh, había que levantarse cada vez que querías cambiar de canal o en su defecto aprovechar al iluminado de turno que pasara cerca del aparato. Por suerte el zapping era solo entre dos canales. Resolución poca eso sí, pero vamos, que era en colores señores y eso significaba el fin a aquellos tiempos en que nuestros ojos solo miraban a una pantalla con tonos grises, blancos o negros.
Y de colores va la receta de hoy. De colores y de austeridad, que de eso en Cuba también sabíamos mucho. Vi yo este arroz blanco recién hecho y he pensado: joer que fome está este arroz así solo como acompañamiento, y entonces me he animado a darle un poco de color para alegrar algo el plato, así como mi amigo y su familia hizo con su pantalla en blanco y negro. Y también con ingredientes muy austeros y de andar por casa, pero muy salvadores. Es un buen acompañamiento para ese día que uno anda con prisas y no sabe qué darle de comer a la familia. Así que aquí te dejo esta idea bien sencilla pero con mucha gracia.
Arroz «en colores»
Ingredientes:
-2 tazas de arroz blanco o integral
-1 lata de petit pois
-1 lata de maiz
-la especia de tu elección.
-sal
-aceite de oliva
Preparación:
Cocina el arroz según las instrucciones del paquete. Si es blanco, en 20 minutos suele estar. Si es integral tardarás el doble de tiempo y también utilizarás más agua.
Una vez listo puedes moverlo con un tenedor haciendo que se suelte y entonces dejarlo reposar un rato.
Bota el liquido que trae tanto el maíz como el petit pois. Una vez bien escurridos, mézclalos con cuidado con el arroz moviendo suavemente. Añade un chorrito de aceite de oliva y sigue mezclando. Por ultimo esparce un poco de tu especia favorita y listo!
Tips:
-Puedes ponerle otras verduras, como zanahoria, brocoli, etc
-Puedes hacerlo con arroz que te haya quedado del día anterior.
-Puedes servirlo en frío, como ensalada. Aliña entonces según tus gustos.
El ingrediente estrella de hoy: El arroz
Forma parte de la dieta básica de tantísimos países. En dependencia de cual consumas cambia un poco la composición en cuanto a nutrientes, el más completo desde este punto de vista es el integral. Pero está claro que el más común es el blanco. Todo es cuestión de balance. Es antidiarreico y antigastrítico.
¡Qué recuerdos! En casa de mi madrina llegó el primer televisor a colores de la familia y era exactamente como el que cuentas pequeñito. Para colmo la sala era enorme. Pero hasta allá me iba a ver las cosas con tal de verlas a color. Abrazo y gracias por esta idea tan rica para el arroz!
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