
Las matanzas de España me recordaban a las de Cuba. De niña nunca faltaba el panorama de ir al campo a casa de algún guajiro amigo de mi papá, donde estábamos invitados a pasar un domingo porque iban a matar un puerquito y a hacer alguna celebración familiar. En esos lugares preparaban el cerdo y el congrí como en ningún lado. Al día de hoy nada tiene que ver un cerdo que te comas en el campo que uno que te comas en ciudad. La alimentación de los animales, y creo que hasta el amor y empeño que le ponen sus cuidadores, hacen la diferencia.
En España el Cochinillo es un espectáculo, inolvidable el del icónico restaurante El Mesón de Cándido de Segovia, donde además de lo buena de la comida, te hacen partícipe del show de cortar el cochinillo solo con un plato, de lo tierna que está la carne.
En Cuba, como en otras cosas, lo del puerco es otro nivel. Los cubanos ya de por sí nos encanta el folclor, y para rematar, tenemos el plus de que las dificultades y las necesidades pues nos han agudizado el ingenio. No hay cubano de mi generación que olvide esa época en que mucha gente criaba cochinos hasta en su casa, fuera en las terrazas o en los baños que no se ocupaban. Pero aquello de engordar un lechoncito puertas adentro, para poder tener un 31 de diciembre feliz, fue todo un clásico en Cuba. La gente se iba a comprar el puerquito bebé unos meses antes a pueblos del campo donde eran mejores y supuestamente tenían mejor de precio. Tengo un primo que se trajo el suyo desde un pueblo de esos hasta La Habana en la parrilla de una bicicleta. Sí, sí, no has leído mal. En bici, que, gracias a la falta de transporte, también estaba «de moda» en esas fechas en Cuba. De risa, pero efectivo. Hasta nombre tenía el susodicho: Fulito «cariñosamente» le llamaron. (los cubanos entenderán la gracia del nombre) Lo estuvieron criando por meses y llegado el momento pues obviamente Fulito no tuvo un final feliz pero la padaleada de mi primo rindió sus frutos y la familia tuvo 31 de Diciembre como manda la tradición.
Pero el cerdo es tan versátil que también se presta para platos más «glamourosos». El jamón serrano yo encuentro que es de las exquisiteces más ricas que he probado en mi vida. Un jamón de recebo, o de bellota, deja tu paladar tan contento que luego estás lejos de España y el antojo te mata. O unas carrilleras de cerdo! Madre mía que delicia! O en Hawaii, donde preparan el cerdo en una fiesta típica hawaiana que se llama Luau, y además de juegos, manualidades, bailes y espectáculos, asan un puerco entero bajo la tierra. Y qué decir de la famosa caja china, invento miamense donde se mete el puerco y se asa por horas en una especie de caja que lleva el carbón por encima y donde supuestamente los sabores se concentran más y la cocción es más pareja. (Para los no entendidos pueden ver este video donde se explica en qué consiste el invento)
En fin que como he dicho hoy la cosa va de cerdo, así que los dejo con este solomillo, porque a veces (muy raras veces) los comensales son pocos y entonces una pierna de cerdo es demasiado. No pasa mucho pues mis compatriotas se multiplican de una manera impresionante cuando de comilonas se trata. Pero igual a veces he escuchado esa frase de «es que una pierna es mucho». Así que si un día te ves en esa situación, o si sencillamente se te antoja comer cerdo pero no demorar tanto en la preparación, puedes prepararte un solomillo. Lo he preparado a la cubana, para que tenga ese saborcito de la típica pierna de cerdo de Cuba. Te dejo entonces con la receta:
Solomillo de cerdo a la cubana
Ingredientes:
2 solomillos de cerdo
jugo de naranja agria o de limón
ajo machacado
comino
orégano
laurel en polvo
sal
Preparación:
Un rato antes preparas un adobo con todos los ingredientes (menos el solomillo claro está) . Una vez listo, si quieres lo puedes dejar un rato macerando. O igualmente lo puedes agregar a los solomillos inmediatamente. Deja reposar los solomillos en ese adobo unas horas antes de cocinarlos. Cuando vayas a cocinarlos séllalos primero, en una sartén con aceite dóralos bien por todos los lados.
Cuando estén dorados los metes al horno ya caliente a una temperatura de 180 celcius o 350 farenheit. El tiempo de cocción oscila entre 20 y 35 minutos, depende del tamaño de las piezas y del punto en que te guste la carne.
Lo puedes acompañar de arroz congrí, yuca con mojo y ensalada.
Tips:
-Otra manera de hacerlo es asar el solomillo solo con sal, y una vez listo entonces le pones el adobo por encima.
-También le puedes incorporar unas verduritas al asarlo.
El ingrediente estrella de hoy: La naranja agria.
Es un tipo de naranja cuyo jugo tiene un sabor amargo pero que es creo que el ingrediente que hace la diferencia en una preparación de cerdo. Sean unas chuletas, un solomillo o una pierna, notarás bastante diferencia entre hacerlo con naranja agria que con limón. Fuera de Cuba cuesta encontrarla, de hecho uno sufre cierta frustración por esto al principio (aunque depende al país que te haya tocado llegar). Pero si puedes contar con esta variedad de naranjas, no dudes en incorporarlas a tu cocina, y ya verás que llevo razón.
Feliz año nuevo! y que tu puerquito asado quede de 10!
Sandra