No es menester que aclare que México es un país que me enamoró. Su gastronomía, ya lo he dicho, de las cosas que más me marcó. Si antes de llegar a México (y después de haber pasado por España, ay España!) mi paladar ya tenía un Bachellor Degree, pues en México creo que se ganó un Máster, sobre todo al atrevimiento. Creo que allí se pusieron en uso muy probablemente por primera vez, algunas de las papilas gustativas que debe tener mi anatomía bucal. Si crees que exagero, mira esta lista: las salsas, los chiles, los mil tipos de maíz y sus tortillas, las carnitas, la sal, el limón, las frutas, los helados artesanales, el nopal, el tequila, el mezcal, los grillos!! (sí, grillos), por solo mencionar algunos.
Además del desafío de probar muchísimos sabores y colores nuevos, también fueron tres años de aprendizaje. Aprendí por ejemplo que la mala fama que yo misma la daba al frijol, era infundada. Aquel statement o firme creencia de que «los frijoles son pesados para el estómago», me rebotó cual boomerang en toda la cara, y se posaron ante mi los frijoles en actitud chula para demostrarme que yo lo que no había probado es otra manera de prepararlos. JAJAJA, así las carcajadas del destino cuando descubrí el «agua tibia».
En fin, que salí menos ignorante de mi México lindo y querido y de paso me reconcilié con los frijoles y los traje de vuelta a mi dieta. Esta receta de hoy es una prueba de ello.
Las enfrijoladas son un plato típico mexicano que suele comerse en el desayuno (aunque la verdad entran bien a cualquier hora del día). Consisten en un par de tacos rellenos por ejemplo con pollo, y por encima se le esparce una buena cantidad de frijol refrito, además de su quesito y hasta crema!. Yo las prefería sin crema, pero para gustos, colores.
Estas enfrijoladas que he preparado son diferentes, la base es solo pescado (aunque le puedes poner tacos si quieres por supuesto). Yo ese día no tenia tortillas (aquí no se encuentran muy fácil las auténticas de maíz) pero tenia ganas de comer enfrijoladas, así que las ganas de sabores de México le ganó a todo, agarré lo que tenía cerca, y este invento fue el que salió:
Enfrijoladas de pescado
Ingredientes:
1 taza Frijol colorado
Pescado en filetes (depende de la cantidad de comensales, 4 ó 5 filetes)
Queso blanco rallado
Un trocito de cebolla
Un diente de Ajo
Tomillo
Mantequilla
Sal y pimienta a gusto
Preparación :
-Ablandar los frijoles junto con un trocito de cebolla, un diente de ajo y sal a gusto.
-Luego en una licuadora batir los frijoles pero teniendo cuidado de no añadir mucha agua pues no debe quedar demasiado líquido.
-Salpimentar los filetes de pescado.
-Poner un chorrito de aceite en una sartén o plancha y una vez caliente añadir los filetes.
-Cuando se hayan dorado por ambos lados añadirles un poquito de mantequilla y espolvorear el tomillo.
-Servir el filete en un plato y poner por encima el frijol refrito, agregar un toque de queso blanco rallado y adorna el plato según tu gusto.
Tips:
-El pescado se cocina muy pronto así que no lo dejes resecar cuando lo hagas a la plancha.
-Puedes poner a remojo los frijoles un rato antes o la noche anterior. No uses el agua del remojo para la cocción.
El ingrediente estrella de hoy: El frijol
El frijol es buena fuente de fibra, lo cual ayuda en el proceso digestivo. También son buena fuente minerales y de proteínas. No tengas miedo de comer frijol porque te haya resultado pesado para el estómago. Intenta otras preparaciones, usa otras maneras de condimentarlos. Cada persona es un mundo pero por regla general prueba a comerlos menos condimentados y verás cómo quizás te sorprendes.