¡Hola!
Me llamo Sandra. Soy cubana, pero procedo de una mezcla de genes asiáticos, cubanos y españoles. Nací en la Habana, que no es porque sea la mía pero es una ciudad preciosa que mira al mar. Donde lo mismo te comes un pescado fresco, que un puerco asado. Así somos los cubanos y los latinos, ¡nos encantan los contrastes! Sobre todo si vives en una isla y puedes contar con ambas cosas en tu mesa.
Gracias a mi abuelo chino aprendí desde muy pequeña lo que era disfrutar de un plato de comida y sobre todo, del acto de comer. Mi abuelo era cocinero, y todo, absolutamente todo lo que preparaba, era exquisito. No hablo de platos suntuosos ni lujosos, ni de ingredientes sofisticados. Era comida «normal» pero sana, casera, bien preparada y variada a la cuál él siempre le daba su toque especial y eso hacía que lo que llegaba a la mesa siempre estaba rico. Mi abuelo nunca habló de dieta balanceada, ni de cantidad de proteínas, carbohidratos o grasas en sus platos, o de lo bueno o malo que era comer uno u otro alimento. Él simplemente te hacía enfocarte en el hecho de disfrutar su comida. Te ponía el plato en la mesa y te decía «¡plato limpio!»
Viví 27 años en Cuba y allí aprendí que con muy poco se puede hacer mucho, y cuando digo mucho, es MUCHO (los cubanos entienden perfectamente de qué hablo). También aprendí que el mayor lujo es poder contar con un plato de comida en tu mesa todos los días.
De esas vivencias me ha de venir el amor por la comida y por la cocina. De ahí, y del hecho de haber vivido después en países diferentes, con culturas diferentes y tradiciones y comidas diferentes. He tenido la suerte de poder probar de todo un poco. He compartido con gente autóctona, he probado su sazón, he conocido restaurantes típicos, he comido en mercados populares, y también he tenido la suerte de probar la cocina de chef premiados y de renombre. Yo ya era foodie sin siquiera saberlo.
No creo en dietas, creo en alimentos. Tampoco cuento calorías. Y aunque soy una convencida de que somos lo que comemos, también creo que la salud no está solo en el plato de comida.
Después de haber vivido en La Habana, Santiago de Chile, Valencia, Barcelona, Bogotá, Ciudad de México y Miami, creo que es buen momento para compartir mis experiencias alrededor de la comida y sobre todo de ayudarte a construir las tuyas. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de la cocina, mis recetas y mis experiencias de vida.
Después de haber vivido en La Habana, Santiago de Chile, Valencia, Barcelona, Bogotá, Ciudad de México y Miami, creo que es buen momento para compartir mis experiencias alrededor de la comida y sobre todo de ayudarte a construir las tuyas. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de la cocina, mis recetas y mis experiencias de vida.
Sandra
Ciertamente este es un blog muy oportuno y pertinente. Gracias por la disposición a compartir tu experiencia, sabiduría y buen humor. Estoy segura de que disfrutaré mucho seguirte en este viaje hacia un estilo de vida saludable. Éxitos!!! (Creo que está garantizado)
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Muchísimas gracias!
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Creo será una viaje particularnmente interesante. Espero retos y desafíos necesarios en un contexto tan necesitado. Será de seguro una experiencia muy positiva.
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Gracias Henry
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